Incluso la noción romántica de “baños de bosque”
puede tener una base científica. Las investigaciones
indican que podrían ser los ‘fitómidos’ emitidos por
los árboles como mecanismo de defensa, los que
ofrecen beneficios para la salud.9 Los fitómidos son
compuestos orgánicos (presentes en muchas plantas,
incluidos el ajo y las cebollas) que tienen poderosas
propiedades antibacterianas. Otros estudios muestran
que los “aerosoles del bosque”, cuando se inhalan,
pueden provocar un aumento de las células “NK”
(asesinas naturales) en el sistema inmunológico (lo que ayuda a las defensas naturales de nuestro cuerpo)
La ciencia ahora está comenzando a indicar
vínculos con lo que sabemos intrínsecamente,
que pasar tiempo en la naturaleza es bueno para
nosotros. Los estudios muestran vínculos no solo
con el bienestar emocional y la mejora del estado
anímico, sino también con sentimientos de calma y
empatía, e incluso con beneficios fisiológicos como la
reducción de la presión arterial, la tensión muscular
y la disminución de las hormonas del estrés como
el cortisol, la reducción del riesgo de diabetes y
enfermedades cardiovasculares.
Existe incluso un “número mágico”, según los
estudios que indican que los beneficios se observan
después de pasar al menos dos horas a la semana
inmersos en espacios naturales. Después de eso, los
beneficios se extienden incluso más allá del individuo,
con vínculos a una mayor “cohesión comunitaria” y
beneficios tales como la reducción de los índices de
delincuencia.